seis maneras en que las actividades al aire libre mejoran el desarrollo de los niños
Los estudios revelan una conexión entre el bienestar de los niños y el tiempo que pasan en contacto con la naturaleza.
Estas son las seis principales maneras de estar al aire libre que fomentan el desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los niños.
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Los juegos en la naturaleza ayudan a desarrollar las habilidades de resolución de problemas. Cuando los niños participan en juegos no estructurados en la naturaleza, improvisan, toman decisiones, trabajan en equipo y aprenden a resolver conflictos de manera creativa. Esos palos, piedras y charcos fangosos en realidad están desarrollando las habilidades de razonamiento crítico y las aptitudes sociales, al hacer que los niños participen como comunidad.
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Estar al aire libre reduce el estrés. En los Estados Unidos, el 90 % de los niños encuestados informaron que estar al aire libre los hacía sentirse “menos estresados”. Los niños con niveles de estrés más bajos son fuertes y más capaces de regular sus emociones.
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La naturaleza aumenta el interés (y las calificaciones) en la ciencia. Los programas de ciencia al aire libre, que hacen hincapié en el aprendizaje práctico de la ciencia y en las relaciones entre el mundo real y los conceptos científicos básicos, mejoran el conocimiento de las ciencias entre los estudiantes.
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La naturaleza hace que los niños aprendan con alto desempeño y obtengan calificaciones más altas en los exámenes. El Ministerio de Educación de Ontario ofrece fondos adicionales para “educación al aire libre”, reconociendo que el aprendizaje al aire libre y la actividad física son fundamentales para mejorar las funciones cognitivas, la concentración, la autoestima, las habilidades sociales y el estado de ánimo de los niños.
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La naturaleza reduce el riesgo de obesidad de los niños. Para combatir la obesidad, los niños y adolescentes deben participar en al menos 60 minutos de actividad física cada día.
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Naturaleza significa luz solar, y la luz del sol significa más vitamina D. Obtenemos vitamina D de los alimentos y de la luz solar, y es esencial para la absorción de nutrientes clave, como el calcio y el fósforo que ayudan a la formación de huesos, dientes e inmunidad en los niños. En la actualidad estamos recibiendo menos vitamina D como consecuencia de los empleos de oficina, la vida urbana y los protectores solares, pero salir al sol provee de modo natural la vitamina D que necesitamos para tener un cuerpo saludable.